Cómo afecta la temperatura ambiente en la soldadura electrónica
En la soldadura electrónica hay muchos detalles que debemos tener en cuenta: desde la elección del soldador y el tipo de estaño, hasta la limpieza de las superficies. Sin embargo, hay un factor que muchas veces se subestima: la temperatura ambiente.
Ya sea durante los meses más calurosos, en talleres fríos de invierno o en espacios expuestos a corrientes de aire, el entorno puede marcar la diferencia entre obtener una conexión eléctrica sólida y fiable o una unión débil y defectuosa.
A continuación, analizamos tres situaciones frecuentes y cómo enfrentarlas para garantizar resultados óptimos.
Cuando hace calor: soldaduras rápidas pero con riesgo
Cuando la temperatura ambiente supera los 30 °C, el proceso de soldadura se acelera, pero eso no siempre es positivo en electrónica:
- Fusión demasiado rápida: el estaño se derrite en segundos, dificultando el control y aumentando el riesgo de puentes de soldadura o cortocircuitos.
- Evaporación del fundente: el flux se consume antes de que la soldadura adhiera correctamente, generando uniones porosas u oxidadas.
- Sobrecalentamiento de componentes: placas y piezas sensibles pueden sufrir daños por acumulación de calor.
Soluciones recomendadas:
- Reducir la temperatura del cautín entre 10 °C y 20 °C.
- Trabajar en un área climatizada o a la sombra.
- Optar por un flux más activo (tipo “no-clean”) para compensar la evaporación rápida.
Como son nuestros hilos con los fluxes PW12 y PW15.
Cuando hace frío: soldaduras lentas y frágiles
En ambientes por debajo de los 15 °C, la soldadura se vuelve más compleja:
- Soldaduras frías: el metal no llega a fundirse correctamente, generando uniones granulosas y poco conductoras.
- Enfriamiento demasiado rápido: el contacto con componentes fríos solidifica el material antes de tiempo, reduciendo la adherencia.
- Mayor consumo energético: el cautín tarda más en alcanzar la temperatura de trabajo, acortando la vida útil de la punta.
Soluciones recomendadas:
- Precalentar los componentes con pistola de aire caliente (50–60 °C).
- Aumentar la temperatura del cautín entre 15 °C y 30 °C.
- Trabajar en intervalos cortos para evitar sobrecargar el circuito.
Con corrientes de aire: el enemigo invisible
Un simple flujo de aire puede alterar de forma importante la precisión en electrónica:
- Inestabilidad térmica: el aire enfría la punta del cautín, provocando soldaduras desiguales.
Oxidación acelerada: el flujo protector pierde eficacia y aparecen residuos oscuros. - Riesgo para la salud: el desplazamiento de humos reduce la eficiencia de los sistemas de aspiración.
Soluciones recomendadas:
- Aislar el puesto de trabajo de ventanas o ventiladores.
- Usar un cautín con control de temperatura preciso (tecnología PID).
- Elegir flux con mayor resistencia, como los de tipo “rosin”.
Como son nuestros hilos con los fluxes PW12 y PW15.
La clave: controlar el entorno de trabajo
Ya sea bajo un calor extremo, en un taller helado o en presencia de corrientes de aire, la calidad de la soldadura depende en gran parte del ambiente. Ajustar la temperatura del cautín, precalentar componentes y garantizar un espacio estable son pasos fundamentales para evitar defectos y prolongar la vida de los equipos.
En Broquetas ponemos contamos una amplia gama de hilo de estaño con fluxes diseñados para distintos procesos y aleaciones. Desde soluciones líquidas hasta opciones en pasta o en polvo, ofrecemos alternativas que garantizan una soldadura fuerte, limpia y duradera, siempre cumpliendo con los más altos estándares de calidad y seguridad.